¿Por qué los hombres son infieles?
El diario The Times hablaba recientemente de Martyn Stewart, un psicólogo que se dice capaz de predecir qué hombres son más tendentes a la infidelidad. Su sentencia la avala al añadir que ha entrevistado a más de quinientos hombres en su carrera como psicólogo. Todo ello lo revela en su último libro: Why Men Really Cheat: The Psychological Secrets of Male Infidelity (“Por qué engañan los hombres realmente: los secretos psicológicos de la infidelidad masculina”). Además de escritor de la citada publicación, Stewart, de 35 años, es director de psicología en el Doha College de Qatar, donde tiene alumnos de entre dieciséis y diecinueve años. No obstante, creció y se educó en Manchester, y es en Reino Unido donde ha tenido la ocasión de entrevistar a más de quinientos hombres, de los que ha extraído algunas de las conclusiones que aparecen en su libro.
Todos los hombres pueden engañar, pero no todos lo hacen
Stewart afirma sin dudar que todos los hombres son capaces de ser infieles, pero eso no significa que todos estén dispuestos a serlo. “Hay un instinto primario”, dice, “algunos hombres tienen menos probabilidades de ser capaces de ignorarlo”. Stewart no quiere ni defender ni atacar a los hombres o a la propia infidelidad, sólo desea analizar el comportamiento humano. Sus investigaciones le llevan a pensar que normalmente el problema está en que la gente se deja envolver en una relación demasiado pronto: “Yo creo que la gente se precipita en las relaciones demasiado pronto, sin conocer bien a su pareja. El problema viene de hacer una mala elección al principio. Casi la mitad de la gente se queda en una relación insana sólo para decir que tiene pareja”.
La infidelidad estaba relacionada con la supervivenciaAdemás, le fascina la visión que tenemos hoy en día de la infidelidad: “Lo que llamamos ‘ser infiel’ es simplemente un comportamiento. Le hemos dado significado emocional, pero durante años estaba relacionado con la supervivencia. Ya no es necesario y no tiene ningún objetivo. Como hombre, tienes deseo sexual hacia una variedad, pero el pensamiento consciente puede ignorar el impulso biológico. ¿Por qué, entonces, seguimos siendo infieles?”. Es la gran pregunta que se hace Stewart, pues la infidelidad ya no es necesaria biológicamente hablando, según explica.
Afirma que hay hasta veintisiete tipos de hombre entre los cuales se encuentran algunos patrones de comportamiento o rasgos de la personalidad que les hacen ser infieles.
¿Pueden cambiar los hombres?
Muchas mujeres se sienten atraídas por la fantasía de cambiar a un hombre y, sin embargo, Stewart dice que no son ellas las que tienen esa capacidad. Los hombres, por supuesto, pueden cambiar a lo largo de su vida, “pero cambiar a un hombre no depende de una mujer”. Según el psicólogo son el tiempo, la experiencia y la madurez los que pueden alterar la propensión que tenga un hombre a engañar a su pareja.
Los análisis de Stewart pueden sonar anticuados, pero él los defiende asegurando que son el simple reflejo de las actitudes de los hombres británicos entre los dieciocho y los sesenta años. De todos los entrevistados, el 27% dijo que había engañado a su actual pareja y el 45% aseguró haber sido infiel a alguna pareja alguna vez. ¿No es esto sexista? ¿Las mujeres no son también infieles? ¿Por qué nos importa tanto? Stewart tiene la respuesta preparada: “Ese será el tema de mi próximo libro”.
Además, añade con convencimiento que “hay un montón de hombres completamente fieles, hombres que experimentan deseo sexual hacia una gran variedad pero que no engañan a sus parejas. Son los que tomarán la decisión de no faltarte al respeto. Evidentemente, el sexo con otra persona está considerado normalmente como infidelidad, pero hay quien considera el flirteo como una muestra, asimismo, de infidelidad. Todo depende de la definición de fidelidad que cada pareja tenga. Una pareja sólida hablará acerca de todo ello y no dejará que sea un problema en su relación”.
Las reacciones
El libro da muchos detalles de las justificaciones que los hombres dan a su comportamiento. Las excusas más frecuentes son del tipo de: “Mi novia estaba fuera y no va a enterarse nunca” o “cualquiera lo haría”. Por supuesto, no es sólo la personalidad del hombre, sino también la oportunidad y las circunstancias las que influyen a la hora de tomar una decisión.
Stewart explica que las reacciones son muy diversas. Hay hombres que engañan a su novia y sienten remordimiento, deciden enterrar la historia y no hablar de ello nunca más. Otros, precisamente porque sienten remordimiento, necesitan contárselo a su pareja y prometer que no lo repetirán. Se dan cuenta de que lo que han hecho está mal y de que no debería haber sucedido. Pero algunos creen que ser infieles no está mal, que todo el mundo lo hace, que es casi un derecho o una consecuencia natural. Opinan que los hombres dominan a las mujeres y que pueden hacer lo que quieran. Son los que, según Stewart, deberían estar en la sección de “evítalos”. Y no hay como abrir bien los ojos para identificarlos.