Gestionando el trauma desde el cuerpo
Muchos piensan que la terapia psicológica y el coaching son el único camino para conseguir una relajación emocional y física en tiempos de crisis, pero si relajamos el cuerpo directamente, los pensamientos y las emociones mejoran automáticamente”, empieza Riccardo Cassiani Ingoni, doctor en neurofisiología y formador principal del método de los temblores en Europa.
Cuando el joven investigador italiano se encontró con el inventor del método en Estados Unidos, “David Berceli había creado su método de relajación por temblores y estaba buscando corroboraciones científicas de lo que él había descubierto experimentalmente en zonas de guerra a lo largo de 30 años”.
Relajación natural
Riccardo había dedicado su carrera precisamente a investigar los mecanismos neurológicos y biológicos que explicaban el comportamiento animal frente a las amenazas. Así se fraguó una amistad profesional y personal que ha potenciado enormemente el éxito y la expansión del método T.R.E., cuyas siglas en inglés significan “Ejercicios de relajación de la tensión y trauma”.
Temblar es una reacción común a toda la especie humana a un nivel inconsciente e instintivo
Y precisamente el pasado viernes 16 de marzo, más de cincuenta personas experimentaron de primera mano los efectos relajantes del método en un seminario liderado por el Dr. Cassiani en el centro CIVSEM de la Fundación Tomás Pascual. En palabras de Laura, directiva de una agencia de comunicación, “¡no me puedo creer lo relajada que me voy! Venía con la cabeza llena de problemas de la oficina, y se me han olvidado por completo.” Las sonrisas y miradas brillantes de los demás asistentes delataban impactos similares.
“La sencilla rutina de ejercicios que siguieron los asistentes es el producto de las experiencias y observaciones del Dr. David Berceli, que fue misionero en zonas de guerra y trabajó con la Madre Teresa de Calcuta”, explica Riccardo, y sigue, “en los refugios anti-bomba del Beirut de 1979 se dio cuenta de que las diez personas sentadas frente a él, de diferentes edades, nacionalidades y profesiones, se encogieron a la misma posición en completa sincronización, como si se hubiesen puesto de acuerdo y hubiesen practicado una coreografía varias veces antes”. Dicha respuesta debía ser algo común a toda la especie humana a un nivel inconsciente e instintivo.
En Sudán, algún tiempo después, observó que los niños que había recogido en la calle al oir la sirena antibombas temblaban descontroladamente durante la lluvia de explosiones. Y cuando preguntó a los adultos por qué no temblaban, éstos le contestaron que “sí que sentían ganas de temblar, pero no querían transmitir angustia a sus hijos”.
El tercer episodio crítico del proceso de innovación de David ocurrió en Belén en los ochenta, encerrado en un piso con toallas bajo las puertas contra gases lacrimógenos, y silbidos constantes de balas perdidas durante más de 48 horas. Riccardo nos cuenta que “cuando David ya no podía aguantar más angustia frente a una inminente muerte fortuita, pensó que casi era mejor morir que seguir gateando aterrorizado por el piso”. Fue en ese momento cuando el misionero cedió por fin y se entregó a los temblores de su cuerpo durante más de una hora, tras lo cual quedó profundamente dormido hasta la mañana siguiente.
Vigencia terapéutica
David Berceli aún invertiría otra década más en estudiar terapia bioenergética con su creador, el Dr. Alexander Lowen, antes de llegar a formular el método T.R.E. que hoy conocen y practican varios millones de personas en las zonas más desfavorecidas del planeta. El misionero viaja constantemente para formar en la rutina a médicos de urgencias, soldados que vuelven traumatizados de zonas de guerra y pueblos enteros que han sido arrasados por terremotos, invasiones agresivas o inundaciones. “David quiere hacer llegar esta rutina a todos aquellos en el planeta que no pueden ni plantearse una sesión individual de coaching o de terapia.”
Pero el método T.R.E. no sólo es útil para personas que han sufrido una situación traumática, sino que también alivia la tensión muscular y emocional típica de cualquier ciudadano de las urbes modernas. Cassiani explica que “una pequeña dosis de estrés sufrida a diario durante años puede generar síntomas psíquicos y físicos tan limitantes como los que presenta una víctima que sufrió un trauma profundo en una fecha concreta de su pasado”.
El método T.R.E. también alivia las tensiones propias de las clases urbanas más favorecidas.
Desde mi propia experiencia de crecimiento personal y mi formación especializada en coaching, constelaciones familiares y terapia bioenergética, veo una aportación clave en esta herramienta que la hace única e imprescindible para todo aquel que quiera ser mejor persona y/o mejorar su calidad de vida. Y es que “la rutina de ejercicios agota la musculatura profunda más implicada en la respuesta evolutiva del organismo humano ante los estresores y amenazas vitales, induciendo un temblor involuntario que actúa de modo totalmente autónomo. Esto libera las tensiones residuales ahí donde el cuerpo más lo necesita”, apunta el Dr. Cassiani. Es esto precisamente lo que más me sorprendió cuando hice mi formación con Riccardo: que mi cuerpo sabía perfectamente qué músculo debía mover en cada momento para aliviar mis tensiones, y que todo esfuerzo que yo hacía por interpretar o entender las vibraciones no hacía más que estorbar en el proceso. Yo, o mejor dicho, mi intención consciente, sobraba del todo.
Como todas las innovaciones verdaderamente geniales, la simplicidad del método T.R.E. puede hacernos pensar que es fácil de copiar y pegar sin más. Sobre todo en nuestra querida España, pícara, listilla y ávida de chollos baratos. “Pero el método T.R.E. tiene un efecto muy importante en el cuerpo y sus procesos inconscientes, de modo que es crítico no forzar nunca el proceso, y detenerlo o retrasarlo ante cualquier señal de dolor, miedo o emociones excesivas” nos avisa Cassiani.
“Cualquiera puede practicarlo solo en su casa una vez que conoce los ejercicios sin peligro, puesto que su inconsciente no liberará nada que no esté preparado para procesar”, explica el italiano. La rutina puede encontrarse en los libros, artículos y vídeos del Dr. Berceli, disponibles a la venta en internet (mayoritariamente en inglés, aunque existen algunos productos traducidos a español).
“Cuando uno guía a otra persona o a un grupo, sin embargo, el cuerpo de la persona guiada se siente protegido por dicho facilitador y por el grupo, permitiéndose en ocasiones liberar emociones y recuerdos más profundos, e incluso memorias olvidadas por efecto de la disociación típica de traumas fuertes. El guía debe estar específicamente entrenado para contener apropiadamente cualquier episodio que resulte desbordante para el participante.” De ahí que el proceso de certificación internacional en T.R.E. prepare rigurosamente a los futuros facilitadores para reconocer los síntomas de disociación y traumas, y para modificar el proceso de acuerdo con las necesidades de cada cliente.
El próximo paso para hacer el método T.R.E. accesible a la sociedad española es formar y certificar a profesionales interesados para que puedan guiar grupos e incorporar el T.R.E. a su repertorio de técnicas de coaching, desarrollo personal y terapia. Ya están planificados próximos cursos de certificación en Bilbao, Granada y Barcelona.
Las familias españolas soportan cada vez más tensiones y amenazas a su supervivencia en esta, la mayor y más larga crisis económica que muchos hemos conocido. Aprender a dejarnos relajar y liberar de tensiones por la sabiduría evolutiva de nuestro cuerpo no nos sacará de pobres. Pero os aseguro que nos aliviará mucha tensión y nos fortalecerá para el futuro. ¡Así que todos a temblar para salir reforzados (en lugar de deprimidos) de la crisis!
*Pino Bethencourt es asesora de alta dirección y fundadora de The Hill of Tara Foundation